¿Más protegidos? Muertos vacunados en Uruguay con tres o cuatro dosis duplican a los que solo tienen una o dos


Escribe: David Rey

Un informe llevado a cabo por el periódico montevideano Ciudad Malvín (ciudadmalvin.com) trajo a recuento una realidad cada vez más insoslayable, y es que las llamadas vacunas contra el supuesto COVID-19 lejos de proteger a quienes las reciben… más bien los exponen a enfermarse más que el resto y, como veremos, a morirse en mayor proporción. No es casualidad que, en Uruguay, casi el 75% de los fallecimientos con test PCR positivo, durante el mes de junio de 2022, corresponde a personas inoculadas; pero el asunto se torna más significativo aún si observamos que, dentro de los vacunados, el porcentaje de fallecimientos es casi el doble en aquellos que recibieron tres y cuatros dosis respecto de los que se inocularon una o dos veces. Claramente, cuanto más se vacunan, menos protegidos están.

La información fue brindada al periódico por el mismo Ministerio de Salud Pública uruguayo (MSP) aunque casi dos meses después de que el primero la solicitara. “De acuerdo a los datos proporcionados por la autoridad sanitaria de nuestro país en el mes de junio de este año hubo un total de 103 fallecimientos con test PCR positivo”, recogió el medio y, “como podemos ver, la mayoría de los fallecidos con test PCR positivo estaban vacunados. Dos tercios de los uruguayos que murieron por el virus en el mes de junio (o al menos como causa probable) habían sido inoculados”. Ciudad Malvín detalló, además, que el promedio de edad de los fallecidos, en total, ronda en 81.5 años, aunque “entre los no vacunados había una persona de 102 años y entre los vacunados una mujer tenía 33 años. Por lo tanto, el argumento de que los vacunados de mayor edad están más protegidos que los no vacunados es relativo, al menos con estos datos parciales”.

Aunque la sorpresa viene tras desglosar los números de los fallecimientos entre los mismos vacunados, ya que aquellos que recibieron tres o cuatro dosis prácticamente duplican a los que fueron inoculados dos veces o una sola. “El dato es relevante. Se supone que cuanta más dosis tenemos, más seguros estamos. Y la información de junio indica todo lo contrario”, precisó el editorial en cuestión. Pero no es todo, ya que solo “un quinto de los fallecidos tenía 4 dosis (19 de 103). Nos sorprende porque los vacunados con 4 dosis constituyen una cantidad muy inferior a los vacunados con 2 y 3 dosis”. Para mayor precisión, Ciudad Malvín advirtió respecto de que, en todo Uruguay, “solamente el 21,92% de los vacunados tienen las cuatro dosis. Es casi el mismo porcentaje de fallecidos por COVID en el mes de junio con cuatro dosis”.

Mi opinión

Restaría preguntarnos, por último, si los números aquí vertidos acaso se condicen con un aumento de la mortalidad en la República Oriental del Uruguay, algo matemáticamente inexorable según estas apreciaciones y cuya respuesta, sin embargo, puede comenzar a responderse antes del auxilio de estadísticas oficiales. El sitio informativo eldiario.es de España, por ejemplo, el 10 de septiembre de 2022 publicó un artículo titulado “El verano más mortal desde 1950: España registra 20.000 muertes más de las esperadas entre junio y agosto”, aunque -como es de esperar- atribuyó indirectamente este incremento superlativo de muertos a la “ola de calor” que afectó al continente. Ocurre al mismo tiempo que más de 1300 deportistas aquejaron en todo el mundo, como nunca antes en la historia, problemas cardíacos en estos últimos dos años -entre los cuales se registraron ya más de 900 muertes.

Además, pues, de indagarnos sobre la cacareada eficacia de las vacunas -tal cual encuentra oportuno plantearse Ciudad Malvín-, podríamos también preguntarnos qué es verdaderamente aquello que ha cambiado en el mundo, y que ha involucrado a tanta gente, entre 2021 y los últimos meses de 2022. Ante el silencio estruendoso de los medios, la cobardía sin parangón de los políticos y la bochornosa sumisión de buena parte de la ciudadanía, hallaremos que, inevitablemente, negar o disfrazar la realidad ya ha dejado de ser un asunto de necios para pasar a ser, al decir de Víctor Hugo, una cuestión de complicidad vergonzosa.

Felicitaciones por su trabajo al medio uruguayo Ciudad Malvín y a los funcionarios del gobierno, que no escondieron la información.

Nota Original