Los DEPORTES ESPECTACULO te EMBRUTECEN

Ver espectaculos deportivos degenera nuestras neuronas. Sera ?

Alex Jones se unio a su compatriota Mark Dice en protestar contra el ritual deportivo favorito de los Estados Unidos—el Superbowl.

Por supuesto, el juego es un buen concurso entre dos rivales, pero el fútbol o lo que sea no es lo que realmente importa.

Mientras Estados Unidos (y despues los demas) ha caído dormido frente a la televisión dejando que tantas «distracciones» dominen sus pensamientos, el país ha sido saqueado financieramente, el ejército ha sido usado para llevar a cabo la expansión de guerras, el Presidente y el Congreso han ignorado la Constitución y el pueblo mientras tanto, ha estado preocupada con el campeonato de liga, recordando los momentos «historicos» de cada juego y las «hazañas» de cada domingo.inem

Durante los ultimos 100 años se han dedicado ingentes recursos en construir ESTADIOS DEPORTIVOS y se han llevado a cabo MILLONES DE RETRASMISIONES DEPORTIVAS .

Que fin tiene esta inmensa cantidad de recursos dedicados a algo tan superfluo e infantil como ver deportes que no practicas,lo  que seria bastante mas interesante, y «animar a tu equipo»? ¿ tu equipo ?

El video puede aclararnos este aspecto:sigue aqui:
http://www.youtube.com/watch?v=YxGgytREbOw&feature=related

Tenemos que despertar y olvidarnos de distracciones gladiatorias.

La energía de los partidos se ha vuelto el sustituto de una verdadera humanidad.
Nuestros instintos tribales para proteger a la comunidad y espantar a sus enemigos han sido dominados por la emoción de la ovación, los gritos, el pintar nuestras caras y vestir los colores de «tu» equipo.

Alex pide a todos y cada uno de nosotros que reflexionemos el proximo fin de semana:

—olvidar la pizza, las golosinas y dedicate a educarte a ti mismo, a tu familia y a tus vecinos sobre lo que los globalistas han hecho al diseñar nuestra cultura y a nuestra propia humanidad.

Ver fútbol por televisión degenera nuestras neuronas, según un estudio realizado por ABC Science. Ver televisión, en general, produce los mismos resultados. Os adjunto más abajo un interesante vídeo comentado por Alex Jones.

Ver partidos de fútbol, en el campo, generan conductas de masas de carácter racista. Desde lo poderes políticos se condiciona a los ciudadanos, a través de los medios de comunicación, para que no vean, o se olviden, de los problemas reales.

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…EL FÚTBOL, CONTROL DE MASAS

El fútbol es el deporte que más «pasiones» despierta por lo impredecible de sus resultados.

El fútbol se difunde por los medios de comunicación. La información deportiva, en ocasiones tiene mayor relevancia mediática que la política. En España el diario más leído es el Marca, esto refleja el mayor interés de la sociedad española por el fútbol que por otras noticias.
El consumo masivo de información deportiva provoca una clara desinformación en otros aspectos.

¿Quién tiene la culpa de todo esto? Los dueños de los medios y la gente.

Si se educara en valores diferentes a la importancia del partido del domingo(antiguamente , ahora es lunes martes miercoles, jueves …..) , habría una opinión pública informada y cualificada ante la situación socio-política y económica tanto nacional como internacionalmente.
Por tanto en el fútbol se cumple la teoría de la agenda setting, los medios son tan poderosos que fijan los temas a debatir.

Además las opiniones contrarias a esto al ser minoría son silenciadas por la masa, por ello también se puede hablar de espiral del silencio en torno al fútbol. La gente debería tener conciencia de la situación, prinemeocuparse por saber la verdad y tratar de informarse, decidir los temas que le interesan por sí misma y dejar de ser masa.La teoría de la Escuela de Frankfurt sobre la actual industria de una cultura estereotipada y estandarizada se cumple en cualquier evento como la Uefa Champios League o la Copa Libertadores.

A través de los medios se difunden los campeonatos, que son seguidos apasionadamente y generan dinero que enriquece a los organizadores y participantes en esas competiciones. Estos enriquecidos empresarios han construido esa industria cultural estandarizada.

Porque al carecer de ética y filosofía deportiva no se forma una verdadera cultura del deporte, sino que surge una cultura sin sentido, discontinua y fragmentaria. Es decir, la cultura de A. Moles generada por la sociedad de la información.

En la actual sociedad de consumo masivo de fútbol, ¿qué posibilidad de respuesta tiene el receptor ante el mensaje enviado por el emisor o el medio utilizado?

Esto llevaría a comparar la situación actual con mitos como 1984 de George Orwell, donde todo está controlado, no existe libertad y a través de la neolengua se maneja al pueblo. En el fútbol la realidad también es deformada.

Pues no se dice a los seguidores “id al campo para que los directivos ganen dinero”, se les invita a ir para que con su apoyo gane el equipo. El aficionado vive en la Caverna Platónica o incluso en Matrix, que ha sido colocada delante para ocultarle el mundo real. El pueblo es utilizado por poderosos seres que ocultan su verdadero rostro.El dictador Videla utilizó el Mundial de Argentina 78 para engañar al mundo. Durante la celebración de aquel campeonato hubo desaparecidos, torturas y asesinatos.

Desde el gobierno argentino todo eso se silenció, se pretendía lograr que la gente sólo pensara en los goles de Kempes y se utilizó la selección para mostrar al mundo que los argentinos eran ganadores. La situación era terrible.

Mientras las Madres de la Plaza de Mayo pedían justicia,los medios argentinos narraban el progreso de la albiceleste.

En Argentina 78 hubo espiral del silencio, pues la opinión mayoritaria fue “Argentina Campeón del Mundo” y la lucha de las Madres de la Plaza de Mayo era silenciada por los medios.

También se produjo el proceso de agenda setting. El tema era el Mundial de fútbol y se pretendía que nadie hablase de la dictadura.

Se construye una nueva realidad a través del discurso de los medios. Sólo se considera real lo sucedido en ellos.

El uso político

El fútbol es utilizado por la política. Silvio Berlusconi, pasó de la presidencia del AC Milan a Presidente del Gobierno de Italia. Gracias a su imperio mediático y poderío económico alcanzó el poder político. Esto muestra el circo mediático que envuelve a la sociedad actual y usa el fútbol como uno de sus agentes.

Hubo intervenciones políticas como muestran el Caso Bosman en la Unión Europea, la Ley Pelé en Brasil o las leyes sobre las retransmisiones deportivas en España. Es una forma de entretener al pueblo y controlarlo para manejarlo fácilmente.

Distintos regímenes lo utilizaron como la Italia de Mussolini, que organizó el Mundial de 1934 para dar propaganda al mensaje fascista de raza superior.
El dictador Franco usó el triunfo de la selección española en la Eurocopa de 1964 con el gol de Marcelino en la final contra la Unión Soviética.

A principios de los 90 los radicales croatas del Dinamo de Zagreb (actual Croatia Zagreb) se enfrentaban con los radicales serbios del Estrella Roja. Era un reflejo de la tensión en los Balcanes que derivó en una cruenta guerra civil.
Milosevic usó la victoria del Estrella Roja en la Champions League en 1991 como propaganda serbia de una supuesta superioridad racial sobre el resto del mundo.

El fútbol puede representar una manifestación pública de unos valores, como la unión de un pueblo a través del equipo, que es el concepto equipo-nación. Una muestra fue la unión del pueblo iraní al clasificarse para el Mundial del 98. Este concepto explica reivindicaciones nacionalistas como las de Argelia, cuando era colonia. La selección argelina era un símbolo de la lucha argelina por su independencia de Francia.

Un símbolo de libertad fue el austriaco Sindelar, conocido como el “Mozart del fútbol”. Representó un ejemplo de lucha por la libertad austriaca frente a la opresión nazi. El 3 de abril de 1938 los nazis organizaron un partido entre Alemania y la anexionada Austria, que debía ganar Alemania para ensalzar los valores de la raza aria.

Sindelar era un patriota austriaco y uno de los mejores jugadores del mundo. Anotó un gol y llevó a Austria a ganar el partido por 2-0. Fue una victoria moral sobre el nazismo. La mañana del 29 de enero de 1939 fue encontrado muerto con su novia en su casa. La policía dijo que había sido un suicidio y cerró el caso. Al entierro en Viena acudieron más de 40.000 personas, su muerte fue una tragedia nacional y se convirtió en una leyenda.

Reseña de:
«La barbarie deportiva. 
Critica de una plaga mundial»
https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHNBtDGjtL_AhEuHpuHZX6Xj6eDSALoaCtobxW4AG80mk5QHEWnIms-uswl8J91MaqXMCdfoPFszzMd5w7vl9oWrMOwerKQPV-w26VSw64zCDRw6JWd1p5iB3EZQwm3-tG2SY7qDaIJNs/s1600/gomendio.jpg
Editorial virus, 2014
El deporte, las olimpiadas, el fútbol, son temas tabú. Nadie se atreve con ellos, nisiquiera la izquierda. Forman parte de un consenso intocable, que solo admite críticas parciales y puntuales. No se entra en una crítica radical de lo que significa su influencia.

Nadie hasta ahora había planteado la importancia que tiene este fenómeno dentro del capitalismo global y de la sociedad del espectáculo que la envuelve. 
Nadie ha denunciado los indecentes negocios que se mueven a su alrededor. 
La transformación del cuerpo en una máquina de la que solamente importan los resultados. El dopaje como esencia del deporte competitivo.
 El  COI
como poder supranacional como poder oligárquico que domina sobre los
gobiernos y las gentes.
Los megaproyectos olímpicos como transformación
de la ciudad centrada en el estadio como elemento central

En pocos decenios, el deporte se ha convertido en una potencia mundial
ineludible, la nueva y verdadera religión del siglo XXI. Su liturgia
singular moviliza al mismo tiempo y en todo el mundo a inmensas masas
agolpadas en los estadios o congregadas ante las pantallas de todo tipo y
tamaño que los aficionados visualizan de manera compulsiva. Estas masas
gregarias, obedientes, muchas veces violentas, movidas por pulsiones
chovinistas, a veces xenófobas o racistas, están sedientas de
competiciones deportivas y reaccionan eufóricas a las victorias o a los
nuevos récords, mientras permanecen indiferentes a las luchas sociales y
políticas, sobre todo la gente joven.

La propia organización de
un deporte de alcance planetario, fundamentado en un orden piramidal
opaco, se ha erigido y consolidado como un modo de producción y
reproducción socioeconómico que lo invade todo. El deporte, convertido
ya en espectáculo total, se afirma como el medio de comunicación
exclusivo, capaz de estructurar en toda su profundidad el día a día de
millones de personas, desde la fisonomía de las ciudades, hasta los
ritmos de trabajo y la estructuración del tiempo libre.

El nuevo
récord, la mejora del rendimiento, el sometimiento del cuerpo por encima
de los límites humanos, se convierte en la base del espectáculo, en su
única motivación, en el fin que lo justifica todo, por lo que el dopaje y
las intervenciones-agresiones en el cuerpo del atleta se han convertido
en la normalidad de un deporte que juega al escondite con los controles
antidoping, mientras los deportistas se lanzan a una carrera alcocada
contra su propia vida.

Apisonadora aniquiladora de la Modernidad
decadente, el deporte-espectáculo lamina todo a su paso y deviene el
proyecto de una sociedad sin proyecto.

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EL RACISMO EN EL FUTBOL

En el fútbol se han introducido grupos de ultraderecha e izquierda radical dentro del fenómeno hooligan. Se originó en Inglaterra en los 60 y provocó tragedias como la de Heysel en 1985 con 34 muertos y 500 heridos o Hillsborough en 1989 con 96 muertos.

Se adoptaron medidas contra los causantes, pero estos grupos no desaparecieron. Una violencia generada desde fuera, que se refugia en el fútbol y lo usa como escenario. Junto con los tifos y actos vandálicos utilizan la música para confraternizar. Organizan conciertos y dan popularidad a sus ideas a través de bandas musicales. Existe un fenómeno neonazi mundial, que encabezado por las organizaciones Blood & Honour y Hammerskin entre otras, se ha introducido en este juego para darse propaganda.
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En España hay grupos de ultraderecha como Ultras Sur o Yomus, grupos de izquierda radical como Biris Norte o Celtarras y grupos de izquierda abertzale radical como Herri Norte(muchas veces patrocinados subrepticiamente por los propios clubs para «calentar los partidos»)

El periodista Antonio Salas6 en Diario de un skin explica el fenómeno skin, introduciéndose dentro de Ultras Sur.

En Suramérica la violencia es provocada por las torcidas brasileñas, las barras bravas argentinas o mafias como en Colombia, donde cometen asesinatos relacionados con las apuestas y el tráfico de coca.

En 1994 el defensa colombiano Escobar fue asesinado por anotar un gol en propia puerta en el Mundial. Incluso hubo una “Guerra del fútbol” entre El Salvador y Honduras en 1969.

Se enfrentaban por la clasificación del Mundial de 1970 y se declararon la guerra por los violentos comportamientos de los aficionados.

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Ver la televisión afecta a la memoria

Un estudio realizado por ABC Science, ha revelado que los hábitos cotidianos influyen notablemente en nuestra capacidad de memoria. Los resultados señalan que hay cosas que es mejor no hacer y otras muy recomendables si queremos tener una memoria ágil y activa. Realizaron las pruebas con 30.000 personas. Los resultados son bastante contundentes: beber mucho, comer poco pescado o ver la televisión más de una hora al día resulta perjudicial para la memoria. Cuanto más televisión veamos más sinapsis se cierran en las neuronas de nuestro cerebro.

Una encuesta para estudiar la capacidad de memoria de las personas ha puesto de relieve que determinados hábitos pueden ayudarnos a activar nuestros recuerdos y a tener una memoria más ágil. Se han podido conocer los hábitos cotidianos de casi 30.000 personas, y la relación entre sus costumbres y su capacidad memorística.

Lo más sorprendente fue que las personas que dedicaban más tiempo a ver fútbol en televisión eran las personas con menor capacidad memorística, además de no interesarle cualquier otro asunto cotidiano (familia, política, religión…)

Los expertos han señalado que una buena salud y una buena salud mental resultan esenciales para tener una mente despierta. Asimismo, existen factores que debilitan nuestra capacidad de recordar, el más destacado de ellos es el mal uso o el uso excesivo de la televisión.

COMPETITIVIDAD – DARWINISMO SOCIAL 

como metodo de control de las masas.

Actitudes que favorecen la memoria

Se descubrió que ver la televisión, por ejemplo, afecta directamente a la memoria. La gente que afirmaba verla menos de una hora al día alcanzaba una mejor puntuación en los tests. Otro factor importante, y que sorprendió a los encuestadores, es el de la lectura de libros de ciencia ficción: a aquellos que les gusta este tipo de literatura puntuaban más alto en las pruebas.

Por otro lado, la encuesta reveló que las personas que controlaban lo que bebían y consumían menos de dos bebidas alcohólicas cada día tenían mejor memoria. Por el contrario, aquellos que bebían más cantidad diaria puntuaban mucho más bajo que la media. Los bebedores empedernidos demostraron ser especialmente incapaces de recordar nombres.

Jugar al trivial u otros juegos de mesa que sirven para hacer trabajar a la memoria ayuda a ésta a estar activa, por lo que los expertos los recomiendan.

la neuropsicóloga de la escuela de psicología de la universidad norteamericana de Queensland, Nancy Pachana declaró para la agencia de prensa Reuters, que la televisión supone una actividad realmente pasiva, por lo que cuanto menos tiempo se vea, mejor para nuestra memoria.

… declaro tambien que el contenido de las noticias en televisión nos hace caer enfermos más a menudo de lo normal….

Mención aparte merece un fenómeno que sin ser ni tan siquiera “pseudoartístico”, comparte muchísimos puntos en común con el entramado visto en este capítulo: el deporte.
¿Qué es un deporte? De nuevo, algo moderno, algo europeo, y algo que aparece en el siglo XIX. Se trata simple y llanamente de una inversión del juego tradicional. ¿Y cuál es el mecanismo de esta inversión?

Pues el mecanismo de siempre que –a estas alturas del libro- el lector tan bien conoce: utilizar el juego para los fines de la minemodernidad, es decir, el lucro económico, la comercialización de toda actividad humana, la publicidad corporativista, la investigación farmacológica (llamada “medicina deportiva” y su “doping”), la construcción arquitectónica del mundo moderno, y –ante todo- el control mental de las masas al servicio de la ingeniería social del Nuevo Orden Mundial.

El deporte no sólo no es un juego, sino que supone ser su opuesto, su antítesis, su inversión. Sin embargo, las orgías deportivas de la modernidad se llaman –con ironía- “Juegos Olímpicos”, los cuales se celebran cada cuatro años en una ciudad diferente.

Hacer un seguimiento de las ciudades “olímpicas” sirve de riguroso esquema del plan de construcción arquitectónica, política y social del Nuevo Orden Mundial. Después de unas tímidas ediciones, las primeras grandes olimpiadas del siglo XX se celebraron en Berlín, en 1936, donde Adolf Hitler en persona (junto con la élite que lo arropaba) comprobó el éxito de sus teorías y experimentos eugenésicos en materia de perfeccionamiento físico. Los atletas “arios” de la Alemania nazi, vencieron en la mayoría de las pruebas, a pesar del incordio que supuso para los organizadores la sonrisa vencedora de Jesse Owen.
Tras la guerra, a partir de los años sesenta, se puede seguir la evolución del periplo arquitectónico, político y eugenésico de los juegos olímpicos:
Roma 60 (fiesta de consolidación del Club de Roma),
Tokio 64 (entrada de la élite japonesa en el Nuevo Orden Muinemndial),
México 68 (estado mexicano controlado por gobernantes colaboracionistas con el imperio norteamericano),
Munich 72 (reconciliación de Alemania con la “comunidad internacional”),
Montreal 76 (Canadá cierra el contrato con el proyecto de centralización de poder occidental),
Moscú 80 (los soviéticos son más colegas de lo que podría parecer: pre-perestroika),
Los Ángeles 84 (presentación de nuevas drogas y nuevas tecnologías en la ciudad de las drogas y el cine),
Seul 88 (tras Japón, control absoluto de la costa pacífica asiática),
Barcelona 92 (masturbación de la nobleza europea, de manos de la casa Borbón con motivo del “quinto centenario del descubrimiento de América”.),
Atlanta 96 (Atlanta, ciudad clave en el Nuevo Orden Mundial, con amenaza terrorista incluida),
Sydney 00 (La Commonwealth cierra el siglo, haciendo encender la pira olímpica a una mujer aborigen),
Atenas 04 (teatro mitológico ritual de la élite, y destrucción del estado griego),
Pekín 08 (China, “ejemplo inspirador”, tal y como escribió David Rockefeller),
Londres 12 (chocolatada final y culminación arquitectónica del mundo moderno)…
Por supuesto, se comprobará que Estados Unidos es el comité que más olimpiadas ha organizado (junto al británico). Además, los estadounidenses son siempre los atletas que ganan mayor número de medallas (¿medalla no es una condecoración militar?). Por lo tanto, Estados Unidos serían los “campeones”… ¿de qué? De algo llamado “espíritu olímpico”, consistente en la competitividad alrededor de parámetros estadísticos, cronométricos y físicos.
¿Alguien se ha planteado profundamente qué carajo importa correr 100 metros en 11, 10, 9, 8 ó 7 segundos?
¿Alguien puede decir una diferencia esencial entre derribar y no derribar un listón cuando se salta?¿Alguien puede valorar positivamente a gimnastas que han destruido su mente y su cuerpo con fármacos, dietas hipercalóricas, y tortuosos entrenamientos de “alto rendimiento”? Sólo una mentalidad puede hacer este tipo de cosas, la mentalidad que creó el deporte: la mentalidad eugenista.
Sin embargo, el deporte tal y como se presenta actualmente en pleno siglo XXI, trasciende incluso hasta el maldito “espíritu olímpico”. Las “Olimpiadas” tendrían más relación con proyectos arquitectónicos modernos y especulaciones inmobiliarias municipales, que con el deporte propiamente dicho. El deporte es – hoy en día- una superestructura metacorporativa que incluye massmedia, multinacionales textiles, ministerios estatales (de “deporte”, algunos integrados en “cultura”, o peor aún, “sanidad”), mercado de valores, publicidad, ingeniería social, plataformas digitales, investigación médica… e incluso esta superestructura estaría fundida y mimetizada con Hollywood y la “cultura pop”.Para ilustrar esto último, basta recordar –por poner unos pocos ejemplos- que los multimillonarios jugadores de laNBA, Michael Jordan, Dennis Rodman, o Saquille O´Neal, protagonizaron blockbusters de Hollywood; y aquel último –O´Neal- está en la larga lista de deportistas de baloncesto, football, boxeo y otros, que participaron en la grabación de un CD de hip-hop y de pop. Una vez más, todo es mucho más grave de lo que puede parecer a simple vista.

El primer ejemplo triunfante de este completo modelo global fue David Beckham; tras este triunfo, le siguieron muchos otros como Freddie Ljungberg, Thierry Henry o Cristiano Ronaldo, todas figuras perfiladas en la Barclays Premier League inglesa. Sin embargo, si estos iconos comportamentales son de utilidad en la ingeniería social europea, lo son muchísimo más en las sociedades llamadas “tercermundistas».

Si en los «países desarrollados», los modelos impuestos son potentes influencias comportamentales y la juventud los imita, en los países más pobres el modelo deEl caso arquetípico del fútbol:l futbolista se convierte en la única oportunidad de «integración social» para millones de niños y adolescentes.

Poco importa el hecho de que esta oportunidad sea una ilusión, y que sólo un porcentaje residual tenga acceso a una mínima profesionalidad como futbolista. Este es el único sueño impuesto a chavales de la África rural, el extrarradio porteño o la favela brasileña. Su situación desesperada de acorralamiento hace que se depositen todas las energías en la única vía de escape concebible.

En esta situación, es donde la FIFA, a través de su proyecto “Goal”, trabaja en enternecedoras campañas filantrópicas en las que se regalan a las poblaciones más pobres, pelotitas de fútbol y camisetas firmadas por el astro de turno. Esta misma filantropía es la que ocultan proyectos caritativos de corporaciones deportivas en África, así como el patrocinio de clubes de fútbol por parte de potentes ONG´s y plataformas de la ONU como Unicef.

Todo busca un objetivo: esperanzar ilusoriamente con los encantos del prestigio social del futbolista de élite. Se trata de imponer una única vía de supervivencia: una vía que saca de una miseria para llevar a otra miseria diferente, una vía que permite pasar de la desnutrición a las mansiones grotescas, los coches deportivos de lujo, y la prostitución de alto standing. Se entenderá fácilmente que todo este entramado sólo genera (a unos y a otros, tanto al individuo como socialmente) un único sentimiento: frustración. Esta frustración resultará clave para la función que exponemos en el siguiente punto.

Función 2.- Otra función que el fútbol desempeña, esta con respecto al aficionado, es una bien reconocible: la canalización de la tensión nerviosa hacia una actividad estéril. Así, a través de los medios de comunicación, todo el descontento, la insatisfacción y la rebeldía que podrían motivar un cuestionamiento crítico por parte del individuo, van destinados a la afición futbolística. Se entenderá así porqué los más fervientes aficionados al fútbol son los individuos más alejados de cualquier práctica deportiva.

La energía destructiva generada en el individuo por la vida moderna, es condensada en «noventa minutos de odio». Durante ese tiempo, el pacífico ciudadano puede insultar, juzgar, reclamar, patalear y criticar a su antojo, siempre dentro del contexto ad hoc: el fútbol. Así, la agresividad no es en ningún caso sublimada, muy por el contrario, sólo es concentrada y dirigida hacia una pasión yerma y absurda. Resulta natural que al pretender controlar y manipular la energía nerviosa de la masa de semejante forma, muchas veces el fútbol acabe en episodios de violencia. Ésta es la estructura de la pasión futbolística, que a su vez desempeña una tercera función en la ingeniería social del Nuevo Orden Mundial.

Función 3.- La afición al fútbol de clubes, el pertenecer a un equipo, el «sentir los colores» supone ser un ejercicio devocional cuanto menos curioso:
se trata de apoyar sentimentalmente a un colectivo sin ideología, sin ninguna base de cohesión intelectual, sin ninguna identidad natural, que no representa ya a ninguna raza, pueblo o ciudad, que no está unido por valor común alguno, y que sólo tienen una única finalidad bien explícita:
La victoria consistente en superar al rival en un parcial numérico.

El fanatismo por un club de fútbol cualquiera tiene su calco en el mundo empresarial: el fanatismo corporativista.
Este reflejo puede confundirse completamente cuando se ve a algunos clubes cotizando en bolsa. Un hincha de un equipo cualquiera y un perfecto trabajador corporativista aspiran a la misma cosa:

participar en el éxito (bien en forma de goleada, bien en forma de beneficio económico) de una entidad que les es ajena personalmente, a la cual pertenecen desde un anonimato numérico. Y esa es la tercera función que desempeña el fútbol en el Nuevo Orden Mundial: entrenar a la población en el fervor descerebrado, en la devoción mística del cordero, en la lealtad del rebaño, es decir, en el fanatismo corporativista.

Por lo tanto, estas suponen ser las funciones del fútbol resumidas en tres puntos. Les habrá que se pregunten por qué precisamente es el fútbol el deporte escogido y no otro.

Si existe una respuesta adecuada a esa pregunta, estará en la estructura y el origen mismo del fútbol, que -como todo el mundo sabe- es inglés. Es indudable que la expansión del fútbol está estrechamente relacionada con el imperialismo británico, y nadie puede negar que el fútbol es el deporte más popular, como la lengua inglesa es la lengua más hablada o la música pop el folclore más bailado. Sin embargo, esto tampoco explicaría que el fútbol sea el aspirante a deporte global, y no, por ejemplo, elhockey.

¿Por qué precisamente el fútbol?

Todo juego tradicional es eso mismo porque parte de su estructura y reglamento están relacionados con los principios metafísicos donde se apoya dicha tradición, y así es, por ejemplo, como sucede con el ajedrez indio o eltlachtli azteca. En el caso del deporte moderno (como inversión profana de un juego), no es extraño encontrar relaciones con el simbolismo de grupos contrainiciáticos.

Se podría hacer un estudio sobre los paralelismos simbólicos de muchos deportes británicos y la ritualística francmasona. Así, en el fútbol, el cual se desarrolló como lo conocemos a través de un reglamento conformado en 1848 por una hermandad estudiantil de Cambridge, podemos ver como en sus primeros códigos los equipos no eran once contra once, sino doce contra doce, disponiendo ya cada equipo de un técnico o entrenador.

Por lo tanto, el equipo de fútbol original estaría formado por 13 (12+1) miembros, siendo este 13 (descompuesto en 12+1) un simbolismo harto abusado por las logias francmasonas inglesas del siglo XIX. El simbolismo del número 13, ilustrado con la figura cristiana de “los doce apóstoles y el Mesías”, estaría en toda la estructura, ritualística y gradación del Rito Escocés.

Además, la estructura del equipo de fútbol estaría relacionada con las teorías modernas de organización social que tanto gustaban a la francmasonería británica, al inspirarse con torpeza en la división de castas de su colonia india.Así, el equipo estaría formado por un mister o entrenador que no interviene materialmente en el juego y que aporta su guía invisible (el sumo sacerdote, el brahman), unos valientes atacantes que aspiraban a la gloria del gol a través de la rapidez y el movimiento (los guerreros, los chatrias), unos defensores que administran, protegen y distribuyen el juego (los comerciantes, los vaishias), y finalmente, los porteros que a través de sus manos, no tienen otra función que contener y soportar la furia del ataque enemigo (los trabajadores, los shudras).

Existen sin duda más relaciones simbólicas interesantes que nos aportan datos sobre el origen del fútbol, pero con todos ellos, sólo obtendríamos hipótesis que podrían ser interpretadas por algunos de nuestros lectores como vana especulación. Además, estas implicaciones no parecen tener solución de continuidad sencilla con lo que el fútbol ha llegado a ser hoy en día: una poderosa herramienta de control mental al servicio de los arquitectos globales, un péndulo de hipnosis de masas en manos del massmedia, una plataforma de manipulación social nunca antes conocida.

Esta plataforma que se ha expuesto (Industria del cine + “cultura pop” + deporte) tendría un núcleo común de fácil identificación: los medios audiovisuales.
Resulta relativamente sencillo evaluar en cualquier ciudadano el impacto de la superestructura de control mental de masas que se esconde tras los medios audiovisuales. Basta con preguntar a cualquier hombre moderno, ¿qué opinas sobre esto o aquello? Independientemente de cuál sea su opinión, las fuentes de su información vendrán de la plataforma audiovisual.

Todo lo que el hombre moderno piensa, quiere, necesita, opina, rechaza, sigue, admira, detesta, sufre, goza, anhela, desea y compra, se impone como contenido subconsciente colectivo a través de los medios audiovisuales de la televisión, el cine, elinternet… Fuera de esa estructura, no hay nada más allá de la limitada percepción concreta de su día a día en la sociedad moderna: el desayuno, el trabajo, el transporte, sus vecinos…

La plataforma mediática se convierte así para el “nuevo hombre”, no sólo en “una ventana al mundo”, sino en la “única ventana al mundo”. En los capítulos siguientes, se comprobará que esa única ventana permanece ferozmente cerrada con un poderosísimo candado. La limitadísima utilidad de esta ventana dependerá de comprobar cuán sucios están los cristales a través de los cuales se ve una distorsionada porción del mundo que se confunde con un mundo entero.

Fue pupilo
del entrenador cántabro torrelaveguense Manolo Sáiz, gran rebelde ante las acusaciones de dopaje del Tour y que estuvo relacionado con el Eufemiano Fuentes,
siendo ambos los cerebros de la Operiación Puerto, que al final quedo
casi en nada. Alberto Vlaverde no pudo participar este año en el Tour
por su conexión con la Operación Puerto. No sólo posee el principal
requisito para ser un campeón del tour: cara de pueblo, sino que es
hasta de pueblo, concretamente de la madrileña localidad de Pinto.
Todos
los grandes cracks del ciclismo son de pueblo total. 
MIGUEL INDURAIN: “¿TÚ TAMBIÉN, BRUTO?”Sólo Bjarne Riis le ganó en 1996 , pero resulta que Riis no hace mucho acaba de confesar que también se dopaba, como todo el mundo. Le llamaban Mister 60%
por su alta tasa de hematocrito, que indicaba que iba drogado hasta las
trancas.
En 2007 confesó en una rueda de prensa que se dopó duranto
cinco años (1993-1998), porque sentía vergüenza ante su propio hijo. El
tour es tal pufo, que ni se han pronunciado todavía para quitarle el
título a Riis. Eddy Merck, el canibal y ahora
con el título de Baron, el campeonísimo de los 60 y 70 también tuvo la
sombra del dopaje, ganaba con demasiada facilidad y dio positivo dos
veces, encima es amigo de Amstrong y siempre le defendió. Dio positivo
en giro de italia en 1969 por reactivant.
En 2007 Floyd Landis fue desposeído del título de
ganador del Tour 2006, también por dopaje, pasando el título para
Pereiro, que ganó de chiripa al vuelta ciclista más famosa del mundo
aprovechando que El Pisuerga pasa por Valladolid. Desde entonces el
Pereiro no ha dao un palo al agua ni ha ganado nada más. Las exigencias
de espectáculo y la TV han creado un monstruo, por lo que los ciclistas
necesitan drogarse para aguantar semejantes palizones.
Tyler Hamilton, campeón olímpico, también dio positivo… y Virenque y Ulrich
….la lista es ya interminable, inacabable.
Ya sólo falta que la virgen
de Murillo de positivo o el utillero del Tour…o Rajao después de
negociar un rescate… Si todo el mundo se dopaba, quién nos dice que el
inocente, pueblerino, humilde y bonachón de Miguel Indurain
no lo hacía también como todos. Eufemiano Fuentes, el médico cerebro de
la Operación Puerto, era sú médico personal, como el de Nadal o el
maratoniano campeón mundial Martín Fiz….”¿tú, también , Bruto?”.
PANTANI, DROGADICTO Y MUERTO POR SOBREDOSIS

Ya falleció prematuramente. Perdió un tour en 1989 con Lemond en una
memorable contrareloj por 8 segundos. El tour es una metáfora de la
vida, del ego, la competitividad y la gloria y del fracaso televisados a
la hora de la siesta.”El sistema fue el que nos trajo el doping -acaba
de declarar Fignon este mismo año- Para algunos, era un juego. Hizo
falta el caso Festina, la exageración del dopaje organizado, para que
tomáramos conciencia de las cosas”.
DELGADO TRABADO POR SUSTANCIA AÚN NO APROBADADio positivo por probenecid en el tour de 1988, pero se
libró por los pelos. Los comentarios de Delgado y su colega al
micrófono, Carlos de Andres -con faz rural a juego con los campeones del
tour-, son de un tópico y trivialidad que nos hacen retroceder a un
mundo de parvulitos y emociones infantiloides.

 Oscar Freire es tricampeón mundial.
Es curioso, muchos ciclistas que han estado en la cúspide máxima,
acaban años después deprimidos o suicidados en el abismo, el mismo
sistema que les subió arriba del todo, luego les hunde y los castiga , a
Pantani le ocurrió ésto.
El ciclismo es super sacrificado : entrenar, comer y dormir, siempre igual, añadiendo alguna aparición trapera en público.
En la foto donde se ve a O. Freire, la cara del cilcista de detrás transmite la síntesis:“Yo entreno mucho, trabajo
para mi equipo, sigo las órdenes de mi director, voy a correr donde me
digan, me meto lo que me digan y no tengo ni puta idea de nada”.
CONCLUSIÓN:Tras el oropel del tour se encuentra un supernegocio de la
corporocracia con la propaganda subliminal de sus marcas y «valores»  materialistas. La principal carrera del mundo es en realidad una
exhibición de dopaje y técnicas de ocultamiento del mismo.(contraperiodismomatrix.com) —————————————————————————— 

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Interesante artículo de Pedro López. «Como en tantos otros ámbitos (arte, educación, sanidad…), el sometimiento a la lógica capitalista de la mercancía desvirtúa los fines, principios y valores que originalmente presidían la actividad, en este caso deportiva».

«El aspecto comercial llega al delirio.

La orgía capitalista de los Juegos Olímpicos de Londres, donde llegó a instituirse una policía del lenguaje y la vestimenta, es descrita así por Marc Perelman (2014, pp. 16-17):
“Estaba prohibido desplazarse de otro modo que no fuera calzado con Adidas, consumir otros “alimentos” que no fuesen los de McDonalds, “quitarse la sed” con otra cosa que no fuera Coca-Cola o Heineken o conversar con los amigos sin pasar por Samsung. 
Los propios términos “Juegos Olímpicos” no se podían utilizar sin el acuerdo previo del COI o sin haber satisfecho el canon requerido…» 
 Pedro olvida la utilización política desplegada a todo trapo contra Rusia tanto en la Olimpiada de Sochi como ahora, en la Olimpiada de Brasil, contra los atletas rusos, acusados de dopaje en todos los medios de propaganda. (Parece que se olvidan de las eternas hermanas Williams…Es que son estadounidenses)
Miseria y grandeza del deporte Pedro López López   Crónica Popular Rebelion

No es muy frecuente encontrar textos críticos con el deporte. Por ello me han llamado la atención dos libros con los que recientemente he topado: La barbarie deportiva: Crítica de una plaga mundial, de Marc Perelman (ed. Virus 2014, or.: 2012), y Citius, altius, fortius: El libro negro del deporte, de Federico Corriente y Jorge Montero (ed. Pepitas de Calabaza 2011).

Como en tantos otros ámbitos (arte, educación, sanidad…), el sometimiento a la lógica capitalista de la mercancía desvirtúa los fines, principios y valores que originalmente presidían la actividad, en este caso deportiva. Desde sus mismos inicios, “los deportes reproducen las principales características de la organización industrial moderna: reglamentación, especialización, competitividad y maximización del rendimiento”, dicen Corriente y Montero (2011, p. 16); es más, los productos del deporte y la educación física “son fundamentalmente rendimientos y récords, es decir, datos computables, cosas, no relaciones entre las personas”, contraviniendo así una inicial finalidad lúdica al nacer como juegos. El aspecto comercial llega al delirio. La orgía capitalista de los Juegos Olímpicos de Londres, donde llegó a instituirse una policía del lenguaje y la vestimenta, es descrita así por Marc Perelman (2014, pp. 16-17):

“Estaba prohibido desplazarse de otro modo que no fuera calzado con Adidas, consumir otros “alimentos” que no fuesen los de McDonalds, “quitarse la sed” con otra cosa que no fuera Coca-Cola o Heineken o conversar con los amigos sin pasar por Samsung. Los propios términos “Juegos Olímpicos” no se podían utilizar sin el acuerdo previo del COI o sin haber satisfecho el canon requerido. Por consiguiente, ciertos medios se vieron obligados, so pena de multa, a hablar de los “Juegos de Verano” o de los “O Games”. Los plenos poderes que se había arrogado en la práctica el COI se extendían a la protección de los derechos de propiedad intelectual vinculados a los Juegos Olímpicos con el fin de hacerlos respetar y, en caso necesario, de proceder a sanciones penales”.

En un reciente artículo, Marcelo Colussi decía: “el deporte profesional, ya desde hace largas décadas, dejó de ser deporte para transformarse en gran negocio y herramienta de manipulación ideológico-cultural de las grandes mayorías”.

Pero la cosa va más allá: realmente, al deporte institucionalizado le estorba bastante la democracia. Perelman cita al secretario general de la FIFA entre 2007 y 2015, Jérôme Valcke, quien declaró en Brasil: “Voy a decir un disparate [¡y tanto!], pero, a veces [¿por qué cortarse, hombre?], para organizar un Mundial de Fútbol es preferible un nivel menor de democracia. El presidente de la FIFA (1998-2015) y miembro del COI, Sepp Blatter, que por lo visto se corta menos a la hora de decir disparates, apoyó las declaraciones de Valcke, pero añadió de su cosecha que la Copa del Mundo de 1978 en Argentina fue “una forma de reconciliación del público, del pueblo argentino con el sistema, con el sistema político, que en aquella época era un sistema militar” (Perelman, 2011, p. 21). El señor Blatter tuvo que dimitir en 2015 de la presidencia de la FIFA salpicado por casos de corrupción, pero, eso sí, como corresponde a este tipo de personajes, era un gran colaborador en proyectos humanitarios (Aldeas Infantiles-SOS, etc.).

Ciertamente, había deporte antes del capitalismo, pero con éste la conversión en negocio, el dopaje, la corrupción y otros fenómenos asociados llegan al paroxismo. No obstante, quizás tampoco haya que ensañarse con el capitalismo, cuyos problemas para convivir con la democracia son cada vez más inocultables. La catedrática de la Universidad Politécnica de Madrid, Teresa González Aja (2008), especialista en historia del deporte, menciona la caza y la guerra como antecedentes. El ser humano, nos dice, en su lucha por sobrevivir desarrolla estas actividades, que, por supuesto, no están exentas de violencia, al ser su objetivo acabar con la vida, tanto de animales como de seres humanos. Se podrá decir que la caza no era un deporte, sino una necesidad, sigue explicando, pero lo cierto es que una vez cubiertas las necesidades de alimentación, el hombre sigue cazando y convierte esta actividad en una especialidad deportiva. Por otra parte, los torneos y las justas medievales, juegos (o deportes) de lucha duraron siglos.

Por otro lado, la función propagandística del deporte fue enseguida comprendida por los sistemas totalitarios (González Aja, 2002, se extiende en esto). Y no solo propagandística de cara al exterior sino también anestesiante de cara al interior en los países. Y, por supuesto, está la relación entre violencia y deporte, que, desde luego, no ha nacido con los hinchas actuales.

¿Hay otras caras más amables del deporte? Sin duda. Deportistas y movimientos que no se han limitado a ser máquinas cuasiperfectas y que también tenían ideas, valores no funcionales a las dictaduras ni al capitalismo (disculpas por la repetición). No hace mucho, el periodista Quique Peinado publicaba Futbolistas de izquierdas, con una galería de deportistas que no entran en el molde típico.

Acaba de fallecer Muhammad Ali, que se negó a hacer el servicio militar en su país declarando que no estaba dispuesto a matar vietnamitas y que se involucró políticamente, convirtiéndose en un rebelde en su país y en un luchador por los derechos de su pueblo. Su rebelión ayudó a impulsar el Proyecto Olímpico por los Derechos Humanos en 1967, puesto en marcha por una treintena de atletas negros que acudieron a la convocatoria del sociólogo Harry Edwards. El objetivo de este proyecto era denunciar la utilización de los deportistas negros por parte de los Estados Unidos para dar una imagen de armonía e igualdad racial, cuando en realidad eran objeto de crueles discriminaciones y humillaciones. Luther King se sumó al proyecto y participó en la elaboración de sus seis reivindicaciones (Corriente y Montero, 2011 p. 316):
Restitución a Muhammad Ali de su título de campeón del mundo de los pesos pesados de boxeo.
Dimisión del miembro del COI Avery Rundage, por racista y antisemita.
Que el New York Athletic Club aceptase socios negros y judíos.
Que el Comité Olímpico estadounidense admitiera a un negro más como entrenador de atletismo.

Que ingresara un miembro de raza negra en dicho comité.
Que los Estados Unidos dejasen de tomar parte en competiciones en Sudáfrica y Rodesia.
Tommie Smit y, John Carlos haciendo el saludo del Black Power en el podio del Estadio Olímpico Universitario de Ciudad de México.

En su libro, Corriente y Montero (p. 139-140) hablan de multitud de iniciativas obreras en Alemania para contrarrestar el movimiento de los gimnastas burgueses, jóvenes universitarios. A pesar de que Bismarck las prohibió durante unos años, en 1897 se crearon la Asociación Obrera de Deportes Acuáticos y la Asociación de Natación de Trabajadores, y en 1906 la Liga Atlética de Trabajadores de Alemania. Influida por esta corriente deportiva alemana, en Bohemia (parte de la actual República Checa) nació el llamado movimiento deportivo Sokol (halcón), que llegó a tener mil trescientas escuelas y cuyos gimnastas contribuyeron decisivamente a la fundación de la República Checa.

En el libro Remando como un solo hombre (Daniel James Brown, Nórdica- Capitán Swing, 2015) se cuenta la historia del equipo de remo estadounidense ganador de la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936, con Hitler en el poder. Se trataba de un equipo atípico en la época, pues estaba compuesto principalmente por trabajadores, no por chicos de clases altas. En las mismas olimpiadas compitió Jesse Owens, el atleta negro que humilló a Hitler obteniendo cuatro medallas de oro (la reciente película El héroe de Berlín trata del caso).

En las últimas décadas del siglo XIX, los judíos, perseguidos en toda Europa durante siglos, en Europa central consideraron su admisión en las fraternidades atléticas como una de las piedras de toque de su asimilación social (Corriente y Montero, p. 141).

Una historia curiosa es la de las artes marciales, que, a pesar de su mala fama (con frecuencia, ganada a pulso, aunque hay mucha diversidad y son muy diferentes, en cuanto a agresividad, artes como el aikido o el judo, al kick-boxing o al muay-thai, por ejemplo).

Nota Original