¿Cuánto tiempo resisten los residuos de la «vacuna» ARNm?
El primer estudio que abordó este problema fue en el que los autores preguntaron:
¿Cuánta proteína S se produce en respuesta a la vacuna, y especialmente cuánto mRNA de las vacunas Pfizer/BioNTech y persiste en las células de las personas inoculadas?
https://www.cell.com/cell/fulltext/S0092-8674 la vacunación ejerce una huella digital inmunitaria» que hace posible que el sistema inmunitario fabrique adecuadamente anticuerpos de otras variantes después de recibir la ’inoculación’.
- Normalmente, los anticuerpos producidos «cambian» con el tiempo a otras diferencias más similares, pero esto no aconteció con los anticuerpos de la inoculación, que se conservaron invariables.
- La realización de anticuerpos en mucosas es poca en las personas que recibieron la vacuna Pfizer/BioNTech. La protección inmune en las mucosas es lo que necesitamos si queremos evitar la infección.
- En el 96% de los vacunados, (en el plasma recogido uno o dos días posteriormente de la inyección originaria) los niveles de antígeno lograron picos de 174 pg/mL, esto simboliza que la producción de proteína S es mucho más alta que la de los pacientes con COVID-19 gravemente contagiados (Ogata et al., 2020). Esto da la razón a las transmisiones que rotulaban que las dosis de proteína S de las vacunas eran exageradas y podrían componer mayores trastornos que la oportuna infección.
- Y lo más significativo, en los centros germinales (CG) de los ganglios linfáticos, manifiestan proteína de la espícula y que el ARNm de la vacuna permanece en los CG de nódulos linfáticos axilares hasta dos meses después de la segunda dosis. En el estudio no examinaron si hay ARNm y proteína S en otros órganos (simplemente analizaron las biopsias tomadas de los nódulos linfáticos de las cavidades), pero es un progreso transcendental: dos meses al menos con los conocimientos para promover proteína S y con aspecto de proteína S en esos tejidos.
En un estudio anterior ya se habían revelado exosomas inclusive hasta 4 meses inmediatamente de la vacunación. Los exosomas con la proteína S son despedidos al torrente sanguíneo por el bazo, y mientras sigamos teniéndolos es una indicación de que la espícula sigue transitando en sangre.
Si bien Pfizer aseveró que la vacuna quedaría delimitada en el lugar de la inyección y solo podría conservarse un par de días, en el estudio se ha comprobado que puede perdurar en el sistema linfático al menos dos meses después de la inoculación, ya que el organismo no es apto de desintoxicar la proteína de la espícula. Esto expone los efectos adversos denunciados a largo plazo. A día de hoy, las razones por las que persiste el ARNm de las vacunas sigue siendo un enigma y todavía existe mucha controversia al respecto.
Algunos explican estos tiempos tan extendidos como un asomo de que el ARNm pudiera estar integrándose en el genoma del inyectado.
Este estudio con simulacros in vitro replica el transcurso de transcripción inversa del ARN al ADN, pero hay que contextualizar esas simulaciones porque el proceso está apresurado dado que son células cancerígenas que tendrían activado un oncogén por el que se dividen crónicamente.
Esto meramente muestra que es un proceso posible en estipuladas condiciones, es decir con suficiente cuantía de LINE1, pero un cultivo celular no es el cuerpo humano.
Lo que sí es interesante de este estudio es que se detecta un acrecentamiento en suero de LINE1 después de la inoculación, el equilibrio de LINE1 es crítico en las iniciales semanas de gestación, demasiada o muy poca expresión de LINE1 detiene el proceso del embrión. De abortos espontáneos y gestaciones complicadas si que tenemos pruebas en los datos de VAERS.
En cualquier caso es imperioso eeinminente efectuar estudios para investigar si lo que vieron los publicistas en el linaje celular hepático en experimentos in vitro pasa también en organismos vivos.
Sin embargo, otros se inclinan por la definición de las uridinas sintéticas, que se completaron para que el ARN inyectado pudiera estrechar la respuesta inmune y que fue la punta de lanza de esta tecnología.
Robert Malone explica al respecto: “Una hipótesis muy seria es que la renovación de pseudouridina por uridina para impedir la respuesta inmune está actuando tan bien que el ARNm está evadiendo por completo las vías corrientes de eliminación/degradación. Por lo tanto, el ARNm que no se incorpora a las células en el lugar de la inyección, migra a los ganglios linfáticos o podría ser que a todo el cuerpo, como insinúan los testimonios no clínicos de Pfizer, extendiendo la expresión de proteínas allí. Que esto no haya sido divulgado o indagado manifiesta el grave delito regulatorio del deber por parte de Pfizer, Biointech, Moderna.
Utilizar estas vacunas, que contienen pseudouridina sin comprender totalmente las implicaciones y sin que la FDA/EMA exija un paquete regulatorio de toxicología preclínica cabal, incluido el seguimiento a largo plazo, como se concibe con cualquier otro añadido químico o adyuvante único, es impresionante.
Luego está el uso novedoso de las nanopartículas únicas que se manejan en estas vacunas, que también se valoraron sólo marginalmente, como lo manifiestan los datos japoneses de Pfizer”.
Bioacumulación de lípidos
El uso de nanopartículas lipídicas encapsulando el ARN para resguardar el ARN exógeno del sistema inmune y darle tiempo a alcanzar a los ribosomas, fue otro punto clave que permitió hacer viable esta tecnología, no obstante estas grasas sintetizadas (ALC-0315 y ALC-0159 ) no habían sino inoculadas vía intravenosa en individuos y a fecha de hoy no constaba un informe de toxicidad, sólo orientábamos un estudio sin publicar que solicitó Japón a Pfizer para su consentimiento y que concluyó filtrándose a los medios y del que del que dimos cuenta en otro párrafo.
Por fin intentan a salir a la luz los documentos sobre la «vacuna» de ARNm requeridos por un juez federal a Pfizer, tras ser refutada una solicitud de la FDA en la que se pretendía redimir solo 500 páginas al mes, con lo que se habría rezagado más de 75 años en sacar a la luz toda la documentación sobre estructura, ensayos y secuelas evidenciadas.
Se les imputa en cambio un compás de publicación de 55.000 páginas al mes. Gracias a ello se ha expuesto el informe que realizó Pfizer para ver la toxicidad y acopio de estas grasas sintéticas: «distribución tisular de una formulación de ARNm de nanopartículas lipídicas grabadas con [3H] que contiene ALC-0315 y ALC-0159 después de la administración intramuscular en ratas Wistar Han«
Primeramente, 21 ratas macho tomaron dosis de 100 ug de ARNm/animal. Se observaron algunos signos clínicos desfavorables después de aproximadamente 24 horas de la dosis y una revisión ulterior de los datos mostró que las agrupaciones se detectaron bien en los tejidos. Después de diálogos con el patrocinador, el nivel de dosis justo se redujo a 50 ug de ARNm/animal mediante transformación para el resto del estudio.
¿Qué habría sucedido si hubieran dilatado los tiempos de sacrificio postreros a la dosis más allá de las 48 horas? ¿Cuáles serían las agrupaciones en la hora 72 o 96 o 168, etc…?
Si se hizo no se quiso comunicar y la razón es franca: es un estudio de mínimos con objetivo de conformidad exprés que jamás tuvo el foco en la seguridad y efectos perjudiciales en la salud a largo plazo. Pfizer constantemente podrá alegar que hizo los estudios de toxicidad pero que la FDA no le solicitó más ensayos con duración de más días. La FDA siempre podrá alegar que no reveló nada alarmante en esos estudios, de hecho es lo que dejó por escrito. Lo que viene siendo un buen “trabajo en equipo”.
Como bien abrevia Jessica en su estudio, si los datos se hubieran presentado de una manera equilibrada, las conclusiones no habrían sido que la mayoría de las nanopartículas lipídicas se encontraron en el lugar de la inyección. Más bien, una conclusión más veraz podría haber sido algo como esto: “Aunque la mayor concentración tisular media permaneció en el lugar de la inyección, se expuso rotundamente la biodistribución porque se hallaron lípidos en altas concentraciones en el hígado, el bazo, las glándulas suprarrenales y los ovarios después de un breve curso de tiempo de 48 horas. Se desconoce si la acumulación continuó o no después de este período de tiempo. Se requiere más investigación antes de que se inicien los ensayos en humanos”
Saber al dedillo la toxicidad y degradación de estas grasas sintéticas o de cualquier producto no usado antes, parecería razonable, pero no ha sido el caso. En los documentos revelados hemos sabido los porqués por los que la FDA/EMA eximió a Pfizer de realizar dichas pruebas, y la razón por la que nuestras “autoridades de seguridad” flaquearon en hacerlos, fue porque no esperaban que el material genético y las grasas sintéticas tuvieran que tener un potencial genotóxico (que ocasione daño en el ADN), carcinogénico (que genere cáncer) o mutagénico (que genera mutaciones). Es bueno estar al tanto que en esta nueva era pos-ciencia las afirmaciones o expectativas del regulador de turno, son aptas. Su fe era tan segura que así lo dejaron por escrito:
https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/sji.13160
En él, muestra el mecanismo de acción por el cual las terapias génicas de ARNm como las de adenovirus recombinante ponen a las células que captan tanto las nanopartículas lipídicas como los adenovirus a fabricar y expresar antígenos que al ser captados por los linfocitos T CD8+ y/o linfocitos B, montarán una respuesta autoinmune y provocarán la destrucción de las células que produzcan estos antígenos.
La farmacocinética o distribución de las nanopartículas y/o el adenovirus, que las farmacéuticas decidieron no estudiar, es clave para poder verificar qué tejidos serán destruidos por el propio sistema inmunológico. También cabe pensar que con cada dosis de refuerzo la respuesta autoinmune será más brutal que con la dosis anterior agravando las lesiones que provocará en las células de los tejidos que expresaran los péptidos de la proteína de la espícula.
En definitiva, el que todavía no dispongamos de unos estudios de toxicología preclínica completa o estén bajo llave por contrato hasta el 2070, es una anomalía cada vez más insostenible, los datos que vamos conociendo a cuentagotas por vía judicial dejan en evidencia a la farmacéuticas y sus filiales reguladoras (EMA y FDA), por otra parte ni el guionista más retorcido hubiera podido imaginar que se tendría más prevenciones con las ratas, (acotando el experimento a 48h), que con los humanos. El experimento en masa, de momento parece no tener un final.