250 ANCIANOS FALLECIERON
Ayer apareció la crónica del cuarto día del juicio militar a Bill Gates, celebrado el pasado jueves.
Como recordaréis, el abogado del magnate pidió un receso el martes pasado, tras anunciar el fiscal que en el año 2001 Bill Gates organizó un experimento en 250 personas con una vacuna de la gripe letal: todas murieron.
El abogado defendió a su cliente arguyendo que le enseñaran las autopsias que probaran que esas personas murieron por esa causa.
El fiscal le respondió que, evidentemente, tras 20 años esas autopsias no mostrarían nada, pero que disponía del anuncio en el periódico de Seattle en el que Gates pedía voluntarios para una «vacuna de la gripe cuyos efectos durarían 5 años».
Los voluntarios debían tener entre 65 y 75 años y no padecer diabetes ni problemas del corazón. «Hemos obtenido de la clínica donde se realizó el ensayo los nombres de los 253 participantes y todos los documentos». En esto, el abogado defensor le inquirió por la cifra de 253, cuando habían dicho 250.
«El asunto es que 3 de los voluntarios sobrevivieron al experimento», dijo el fiscal, y acto seguido apareció por zoom la anciana Mary Johnson, que era conocida como la voluntaria 163.
Entonces, la única superviviente viva del experimento de Bill Gates con una vacuna de la gripe letal reveló su calvario.
Dijo que leyó el anuncio en el periódico, consultó con su médico y aceptó porque no quería ponerse la vacuna de la gripe cada año y porque decían que sólo tendría leves efectos secundarios, como un poco de fiebre.
La realidad es que un año después del pinchazo sufrió necrosis del riñón y tuvieron que acabar trasplantándoselos. Después, esclerosis del hígado, a pesar de que ella no tomaba ninguna medicación y estaba en buenas condiciones.
Un mes después, ataque de apendicitis y tuvieron que extirpárselo, y al mes siguiente, la vesícula biliar. Tres meses después, sobrevivió a dos ataques al corazón en un sólo mes, y un año después su nervio óptico «se disolvió» y le dejó con sólo un 6% de visión. Su médico determinó que padecía «fallo orgánico sistémico» y ella lo achaca, sin lugar a dudas, a la vacuna de Bill Gates. «Es un milagro que esté viva».
Y entonces relató que, cuando se recuperaba en el hospital del trasplante de riñón recibió la llamada de un hombre, que resultó ser Bill Gates, quien le recordó que «había firmado un contrato, y esas cláusulas debían ser respetadas».
Se refería a la cláusula de confidencialidad: no podía contar a nadie que era la vacuna lo que le provocó ese horror.
Después de esto, el fiscal declaró que el juicio se reanudaría el martes de esta semana (ayer), pues en Estados Unidos tenían «puente».
(Parece claro que a Bill Gates le espera la pena de deçes0 en breve).