LA INOCULACIÓN CONTRA EL COVID VIOLA LAS LEYES DE LA BIOÉTICA
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Como inventor de la plataforma de la inoculaci0nde ARN mensajero (ARNm), el Dr. Robert Malone es una de las personas más cualificadas para opinar sobre las ventajas y los posibles riesgos de esta tecnología.
Su formación incluye una licenciatura en medicina de la Universidad de Northwestern, un máster del Instituto Salk, una licenciatura en bioquímica de la UC Davis, una beca Giannini en patología y una beca de postgrado en investigación clínica global en Harvard.
Las «vacunas» antiCOVID-19 son una terapia genética
Se me acusa de afirmar sin fundamento que estas in0culaci0nesantiCOVID no son vacunas, sino intervenciones que modifican los genes. Sin embargo, incluso Malone está de acuerdo con esta afirmación, y como inventor de la tecnología, debería saberlo. Señala que en Alemania, por ley, no se puede hablar de esta tecnología como inoculaci0ngenética o inoculaci0nde terapia génica. «El gobierno alemán prohibió de manera expresa el uso del término de la inoculaci0nbasada en la terapia génica», afirma.
Con sus antecedentes, y tras recibir él mismo la inoculaci0nantiCOVID, es difícil que se le pueda calificar como «antivacunas» o como alguien que no cree en las terapias genéticas. Sin embargo, hace poco hizo pública su preocupación por la seguridad de este tipo de tecnología a escala masiva y por la falta de ética en su promoción.
Y como es habitual, fue censurado de inmediato. Incluso, Wikileaks llegó a borrarlo de la sección histórica de la página de la inoculaci0ndel ARNm y Wikipedia eliminó su página personal. Todas las referencias a Malone como inventor de la tecnología del ARNm se eliminaron y se atribuyeron a diversas instituciones.
El silbato de alarma
La participación pública de Malone en el tema de la inoculaci0nantiCOVID comenzó con un breve ensayo, en el que reflexionaba sobre la bioética de la actual campaña de vacunación para todas las personas. Este ensayo surgió de una conversación que mantuvo con un médico canadiense. El ensayo de Malone propició una entrevista con Bret Weinstein, en junio de 2021, en el podcast DarkHorse.
No es la primera vez que Malone se pronuncia contra el comportamiento poco ético en la ciencia. También fue denunciante en el caso de la deçes0de Jesse Gelsinger, en 1999. Gelsinger era un joven que padecía un raro trastorno metabólico llamado Síndrome de deficiencia de ornitina transcarbamilasa (OTCD), en el que se acumulan peligrosas cantidades de amoníaco en la sangre.
Le diagnosticaron la enfermedad a los 2 años y la controlaba con un régimen de casi 50 medicamentos al día. A los 17 años, Gelsinger se apuntó a una investigación de terapia génica. Al igual que las in0culaci0nesantiCOVID, la terapia consistía en inyectar un gen unido a un adenovirus, que se integraría en su ADN para producir de forma permanente una enzima que impide la acumulación de amoníaco.
Gelsinger fue la decimoctava persona en recibir la terapia génica. Mientras que los demás sólo habían experimentado efectos secundarios leves, Gelsinger tuvo una respuesta grave. Empezó a presentar síntomas de desorientación y desarrolló ictericia e inflamación aguda, seguidas de un raro trastorno de coagulación sanguínea y falla multiorgánica. Murió a los pocos días. Incluso una década después, la deçes0de Gelsinger seguía considerándose el mayor revés para la terapia génica.
«Cuando ocurrieron los sucesos de Jesse Gelsinger, yo también llevaba mucho tiempo dentro del ámbito de la terapia génica, por lo que ya conocía bien lo que había ocurrido en Pensilvania, las transgresiones éticas que se cometieron, y era consciente, al igual que ahora, de la tecnología», afirma Malone. «Así que pude entender aspectos que, de otro modo, serían desconocidos para los periodistas e incluso para otros científicos».
Después de hablar sobre las transgresiones éticas que contribuyeron a la deçes0de Gelsinger, Malone se convirtió en una «persona non grata» en la comunidad de la terapia génica. En otras palabras, fue incluido en la lista negra de sus compañeros y se le impidió participar en la investigación sobre terapia génica.
La respuesta pública a la censura marca la diferencia
Como explicó Malone, fue muy censurado desde su entrevista de tres horas con Brett Weinstein. Incluso, LinkedIn eliminó su cuenta. Sin embargo, usuarios de LinkedIn de todo el mundo cancelaron sus cuentas en señal de protesta y escribieron a la empresa argumentando que sus cancelaciones eran en protesta por la censura a Malone.
El revuelo en las redes sociales culminó con un importante artículo en un periódico italiano de gran prestigio, lo que al parecer llevó a LinkedIn al límite. Al final, LinkedIn restableció la cuenta de Malone e incluso le envió una carta de disculpa.
«Creo que nunca he sabido que una empresa escriba una carta de disculpa después de eliminar a alguien de la lista», dice. «Mis pecados fueron profundos. Es decir, que denuncié al presidente del consejo de administración de Reuters, quien también forma parte del consejo de Pfizer, por publicar un artículo del periódico The Wall Street Journal sobre los riesgos de toxicidad de las in0culaci0nesy, entre otras cosas, por quejarse de la censura.
Así que me enviaron mi lista de pecados con seis publicaciones diferentes que eran a simple vista inocuas, las cuales luego aproveché y publiqué de forma simultánea en Twitter. Entonces, eso reveló lo absurdo que era eso, ya que la nota [de disculpa] que recibí decía: ‘no tenemos experiencia para censurarte, pero si te excedes, tenemos derecho a borrarte de nuevo, así que no hagas tonterías'».
Se violan los principios bioéticos fundamentales
Malone y su esposa Jill tienen formación en bioética, así que decidió que podía ayudar a escribir un artículo de opinión en la prensa no especializada sobre la bioética de las in0culaci0nesexperimentales con autorización de uso de emergencia.
«Tengo un profundo conocimiento no sólo en la legislación de autorización de uso de emergencia, sino en las políticas de la FDA que la respaldan, incluso conozco a las personas que la redactaron», dice Malone.
«Así que nos sumergimos en el tema y refrescamos la memoria sobre toda la historia de la construcción de la bioética moderna que, de forma breve, va desde los Juicios de Nuremberg hasta el Acuerdo de Nuremberg, pasando por el Acuerdo de Helsinki, el Informe Belmont en Estados Unidos y la norma común que existe en el código de la normativa federal».
En resumen, dado que las in0culaci0nesantiCOVID sólo tienen estatus de autorización de uso de emergencia, son productos experimentales; por lo tanto, no tienen autorización para ser comercializados. Los principios bioéticos fundamentales que se aplican incluyen tres componentes clave:
1. La bioética está escrita en la ley federal: en calidad de participante en un ensayo experimental, como lo son todos los que aceptan una inoculaci0nantiCOVID, tiene derecho a recibir información completa sobre los riesgos de los eventos adversos. Con base en esa divulgación, tendrá derecho a decidir si quiere participar. Los riesgos de los eventos adversos se indican en el prospecto del medicamento.
Sin embargo, las in0culaci0nesantiCOVID no tienen este prospecto e incluso se ocultan y censuran los informes de eventos adversos ante el público. Como explica la FDA, dado que las in0culaci0nesantiCOVID aún no están autorizadas, en lugar de proporcionar un prospecto, la FDA indica a los proveedores de servicios de salud que consulten una extensa «hoja informativa» en línea que incluye tanto los eventos adversos de los ensayos clínicos como las actualizaciones continuas de los eventos adversos notificados tras la administración de la EUA al público.
Los pacientes disponen de una hoja informativa en línea más breve y separada, con mucha menos información, pero, tanto el proveedor como el paciente, tienen que saber dónde buscar cada una de las tres in0culaci0nesEUA por separado para acceder a esas hojas informativas.
2. Los riesgos de eventos adversos deben ser comunicados de manera que pueda comprender cuáles son los riesgos, esto significa que la divulgación debe estar escrita en lenguaje sencillo. En los ensayos clínicos, los investigadores deben verificar si los participantes comprenden los riesgos.
3. Los productos experimentales deben aceptarse de forma totalmente voluntaria y sin coacción. «Considero que todos estos mensajes públicos con los que nos bombardean, constituyen un acto de coerción», afirma Malone.
«El ejemplo más atroz de lo que he observado es que el gobierno federal identifique a 12 personas y que las etiquete como la «docena sucia», [diciendo] que son responsables de causar la deçes0porque difunden lo que el gobierno ha determinado como información engañosa sobre las vacunas. Esto es alucinante para mí y para la mayoría de mis colegas».
Las falsedades adquieren máxima importancia
Como probablemente ya sabe, aparezco en la lista de las «doce empresas que supuestamente publican información errónea». La ironía de esta situación es que los funcionarios del gobierno son los que contribuyen a las muertes al no respetar los principios bioéticos plasmados en la ley.
Esta lista es una creación del Centro para Contrarrestar el Odio Digital (CCDH, por sus siglas en inglés), una organización turbia que es financiada por dinero ilícito y que surgió hace menos de dos años.
«Sí, ni siquiera tiene que recurrir al dinero ilícito. Está a la vista de todos. Hay una iniciativa de noticias de confianza liderada por la BBC. Anunciaron que, el otoño pasado, integraron a las grandes empresas de tecnología, los grandes medios de comunicación y los nuevos medios, Facebook, Google, Microsoft, etc., en una organización que pretendía controlar los falsos discursos relacionados con las elecciones, pero decidieron convertirla en lo que percibían como falsos discursos para las vacunas», afirma Malone.
«Por si fuera poco, the Wellcome Trust y la Fundación Bill y Melinda Gates, anunciaron iniciativas en las que otorgan subvenciones a Facebook para censurar cuentas, que a su vez financia estas nuevas organizaciones emergentes dedicadas a verificar hechos y que emplean métodos para desprestigiar y prohibir la información.
Lo que sucede es que estas organizaciones dedicadas a verificar los hechos, harán su pseudocomprobación de hechos y luego los medios de comunicación reciclarán esta verificación de hechos. Tal como lo que experimenté con Reuters, que fue evidente que su comprobación de hechos era falsa. De esta manera, avanza en la clasificación de Google y se citan a sí mismos. Eso es lo que ocurre. Y está patrocinado por entidades como Wellcome Trust y la Fundación Bill y Melinda Gates, que están muy orgullosas de esto».
¿Por qué enfocarse en los niños y mujeres embarazadas?
Si consideramos los riesgos desconocidos que conlleva, ¿por qué los gobiernos y fabricantes de in0culaci0nespresionan tanto para que los niños y mujeres embarazadas participen en este experimento? Ambos tienen un riesgo muy bajo de sufrir complicaciones a causa del COVID-19, lo que hace que los efectos adversos de la inoculaci0nsean aún más inaceptables, sino hasta del todo intolerables.
Para empeorar las cosas, no existe un proceso para captar todos los efectos secundarios. De alguna manera, esto se omitió, y hay pruebas que sugieren que se hizo de forma intencionada.
«Creo que es importante que el público reconozca que nuestra comprensión de los eventos adversos aún es emergente», dice Malone. «Podría contar la historia de cómo se reconoció el evento adverso de cardiotoxicidad, y no fue a través de los canales oficiales. Al parecer los CDC subestiman de forma deliberada los efectos adversos en la población.
Y parece que hubo una manipulación del análisis de los datos de seguridad y de los informes en los ensayos clínicos de fase 1, 2 y 3 de algunos de estos productos, al centrarse en los pacientes que completaron el estudio según el protocolo, en contraposición a los que entraron en el estudio como intención de tratar.
Es una distinción sutil, pero significa que, si sólo aceptó una dosis de la inoculaci0nbajo esos protocolos de ensayos clínicos y presenta un evento adverso, y decide rechazarla o le sugieren de forma gentil que no debe tomar la segunda dosis, entonces se pierde esa información sobre los eventos adversos que experimentó y que le habrían hecho correr un riesgo aún mayor para la segunda dosis. No se incluye en el análisis de seguridad.
Esta es una típica forma de manipular los datos de seguridad en la investigación clínica, y está estrictamente prohibida. Así que la FDA está al tanto de ese truco. En condiciones normales, si hiciera eso, me castigarían de inmediato. No entiendo por qué se lo permiten a estas grandes empresas farmacéuticas, además, no pueden afirmar que Pfizer no sabía lo que hacía.
Ahora que sabemos sobre los efectos adversos asociados con la cardiotoxicidad en los adolescentes, el daño cardíaco y las muertes relacionadas, las personas pueden empezar a hacer cálculos basados en los datos oficiales de los CDC, pero esos datos son defectuosos.
Es probable que infravaloren la verdadera tasa de eventos adversos en unas 100 veces, si se basan en los distintos datos que son información histórica. Pero puede consultar esos datos. Y si es un científico de datos, puede hacer los cálculos que el CDC no hace y que no nos revela sobre el riesgo-beneficio.
Literalmente, los que he visto realizados por especialistas muy capacitados y con gran experiencia, personas que trabajan para el sector de los seguros y que se ganan la vida con esto, salen al revés».
Si los ensayos clínicos no incluyeron en el análisis de seguridad a los pacientes que abandonaron los estudios después de la primera dosis, esto indicaría que se realizó un análisis de seguridad «por protocolo» y, por lo tanto, los análisis de datos de seguridad que llevaron a las autorizaciones de uso de emergencia no se basaron en evaluaciones de seguridad rigurosas.
Varios pacientes que afirman haber sido incluidos en los ensayos clínicos de COVID-19 también han informado en las redes sociales que sus informes fueron excluidos de los análisis de seguridad finales, aunque esto no se puede verificar.
Los riesgos superan con creces los beneficios
Un estudio publicado el 7 de julio de 2021, que analizó las muertes ocurridas en niños en el Reino Unido, durante los primeros 12 meses de la pandemia, encontró que sobrevivió el 99.995 % de los niños diagnosticados con COVID-19.
Hasta el 19 de julio de 2021, en los Estados Unidos, un total de 335 niños menores de 18 años habían muerto con un diagnóstico de COVID-19 en su certificado de defunción. Un análisis realizado por Marty Makary y sus colegas en Johns Hopkins, junto con FAIR Health, demostró que todos los niños menores de 18 años que murieron y que fueron diagnosticados con COVID-19, entre abril y agosto de 2020, tenían condiciones médicas preexistentes, como el cáncer.
Ahora bien, aunque el niño sano promedio tiene una mínima probabilidad de morir a causa del COVID-19, y mientras su riesgo de desarrollar una inflamación cardíaca por la inoculaci0nantiCOVID también es bastante bajo, el riesgo relacionado con la inoculaci0nsigue siendo mucho mayor que cualquier riesgo relacionado con la infección natural. Como lo explicó Malone:
«Esa proporción sale a relucir al sugerir que habrá más vidas perdidas por recibir la ‘vacuna’ en una campaña de vacunación universal, que las que habría si todos esos niños estuvieran infectados por el SARS-CoV-2. Esta relación inversa parece extenderse o estar muy cerca de ser equivalente al menos hasta los 30 años.
Así que estamos en una posición en la que los datos que tenemos son defectuosos. ¿Será por la intención u otra cosa? Desde mi punto de vista, los datos son los datos, así que no puedo negar lo que alguien de los servicios de salud pretendía hacer, pero puedo examinar los datos, y otros pueden hacerlo.
Y los datos no apoyan en lo absoluto una relación de riesgo-beneficio positiva para la vacunación de los bebés hasta los adultos jóvenes, con base en cualquier criterio normal. Entonces, ¿por qué hacen estas barbaridades? Parece que todo gira en torno a la necesidad de justificar la vacunación universal.
En realidad, se trata de una política de mediados de siglo que se remonta a los años 50 y a la campaña de la vacunación contra la poliomielitis de los años 60, cuando el gobierno y las autoridades de salud mundiales establecieron la idea de que estaba bien mentir, ocultar información sobre el riesgo de las vacunas, porque tener todo el espectro de información sobre los riesgos de las in0culaci0nesharía que las personas no las aceptaran.
Por lo tanto, ‘silencio, sabemos que es lo mejor para usted y no debe cuestionarlo’, es una postura muy autoritaria. Es intrínsecamente autoritaria y paternalista. Es exactamente el tipo de cosas que George Orwell escribió en su libro ‘1984’. Era una advertencia sobre cómo se comportan y comportarán los gobiernos y estructuras autoritarias».
La negación de los peligros de las in0culaci0neses una política federal desde 1984
Resulta irónico que Malone señale que en el Registro Federal de 1984 se establece que se ocultará la publicación de información en el Registro Federal sobre los riesgos de las vacunas, específicamente información que ponga en peligro su aceptación.
«Por tanto, es una política federal clara que se remonta a 1984», afirma Malone. «Esta es la forma en que van a manejar las cosas. Y lo manejarán con la mentira piadosa de decir: ‘no, no hay riesgos y lo que hacemos está del todo justificado’.
No creo que tengamos que llegar al extremo de imaginar una gran conspiración en Davos (Suiza) entre ciertos individuos. Creo que se trata de un fenómeno emergente de la intersección entre el pensamiento de la vieja escuela, sobre la gestión de la información, capacidades y tecnologías de la nueva escuela.
Creo que los CDC, HHS, OMS y el Wellcome Trust o la fundación Bill y Melinda Gates, etc., malinterpretaron burdamente a la población, sobre todo en los Estados Unidos. Así que, ahora estamos en una posición en la que antes, según Del Bigtree, había entre un 1 % y 2 % de personas que se autoidentificaban como antivacunas, y ahora somos un 40 %. Está claro que entre el 40 y 50 % de la población está atrincherada. No aceptarán estas vacunas.
Ahora, la Casa Blanca considera necesario que un grupo especial identifique y señale a las 12 empresas en Estados Unidos con algo que consideran como desinformación sobre las vacunas, y que haga un gran anuncio público en la prensa al respecto. ¿No tienen nada más que hacer? Parece que el mundo tiene problemas más grandes que el Dr. Mercola, pero ¿qué sé yo?
Todo esto es alucinante. Y muchas personas, incluyendo muchos europeos, realmente están muy molestos por esto. Ellos recuerdan. Los intelectuales europeos son muy conscientes de la dinámica que se dio en Alemania en los años 30. Creo que esto puede ser un punto de inflexión en muchas cosas».
Los poderes fácticos tienen vía libre
Aunque Malone no está interesado en especular sobre las intenciones que se esconden detrás de toda esta farsa, está muy familiarizado con el poder de las grandes farmacéuticas para manipular a los gobiernos. Como se detalló en otros artículos, diversos fabricantes de in0culaci0nesantiCOVID tienen un amplio historial de actividades ilegales y de comportamientos poco éticos, y ahora se les ha dado rienda suelta para que hagan lo que quieran.
Se les exime por completo de responsabilidad en caso de que algo salga mal con estas vacunas, y los gobiernos incitan e intimidan a los habitantes para que participen en el experimento de las grandes farmacéuticas.
«Si se da ese tipo de libertad y poder a una multinacional global y se le exime de cualquier responsabilidad, les servirá a sus accionistas», afirma Malone. «No se dedican a servir a los demás, a pesar de lo que digan en sus comunicados de prensa.
Así es como se comportan las grandes farmacéuticas, y hemos elegido este modelo. Los mensajes que tienen que ver con los tratamientos alternativos y la importancia del bienestar, no son coherentes con el modelo de negocio del tipo «tome esta píldora, páguela y guarde silencio».
En lo personal, creo que el Sr. Gates y su fundación han causado un enorme daño irreparable a la comunidad de la salud mundial, con sus acciones y sus propios prejuicios personales. En realidad, ha distorsionado la salud pública mundial. En algún momento, se escribirán libros sobre esto, y estoy seguro de que se concederán enormes cantidades de tesis doctorales. Pero mientras tanto, tendremos que vivirlo».
Dr. Joseph Mercola
(Fuente: https://articulos.mercola.com/; visto en https://es.sott.net/)