5 actividades para ayudar a reducir la ansiedad de los niños en casa


Realizar actividades en familia reforzará vuestros vínculos, favorecerá la cohesión entre todos los miembros y convertirá los días que vamos a pasar en familia en un recuerdo positivo para nuestros hijos.

Si para nosotros, como adultos, la situación de no poder salir de casa resulta compleja, para nuestros niños, energéticos y necesitados física y emocionalmente de ejercicio al aire libre, este encierro necesario para frenar el avance del coronavirus (Covid19) puede llegar a convertirse en una experiencia muy angustiosa.

Desde aquí queremos compartir unas ideas para ayudar a calmar la ansiedad provocada por la convivencia continuada y el encierro, ofreciendo actividades que pueden realizar en familia para reforzar sus vínculos, favorecer la cohesión entre todos los miembros y convertir los días que vamos a pasar en familia en un recuerdo positivo para nuestros hijos.

1. EJERCICIO FÍSICO PARA QUE DESCARGUEN SU ENERGÍA

Nuestros hijos, igual que nosotros, van a necesitar ejercitar su cuerpo a diario. Porque no podemos caminar y viajar, tenemos que buscar la forma de que puedan descargar su energía en actividades físicas. Para ellos  proponemos varias actividades posibles.

Prepararles una gincana. Proponemos crear un circuito de pruebas (puedes ir cambiándolo) en la que combinemos saltos, baile, cosquillas (solo si les gustan) y obstáculos (cojines, túneles debajo de mesas…). La idea es la de inventar, en el espacio de nuestra casa, una especie de gincana para realizar varias veces al día.

Por ejemplo, da cinco vueltas a la mesa del salón, después, a la pata coja salta hasta la cocina (vas y vienes tres veces). Ahora, ve haciendo ziz-zag por el pasillo a través de los cojines que hemos colocado. Vuelve al salón, tienes que bailar diez minutos un tipo de baile (podéis bailar rock un día, un vals, otro, etc.). Ahora tocan ¡¡cosquillas!! (si les gustan, puedes hacerles cosquillas hasta cansarnos). Una vez liberada toda la energía, ahora toca relajarnos, pueden tumbarse en el suelo juntos y descansar tras el esfuerzo.

Un gimnasio en casa. Si tienes la posibilidad, puedes colgar una barra de ejercicios (a su altura) en una puerta o una tela acrobática colgada del techo (con una distancia de seguridad y colchones alrededor) en la que los niños pueden pasarse horas realizando ejercicios.

2. ACTIVIDADES CREATIVAS QUE ESTIMULEN LA IMAGINACIÓN

Podemos aprovechar esta oportunidad excepcional para conocernos unos a otros a fondo y para reforzar nuestros vínculos familiares. Nuestra unión, nuestros lazos familiares, tal vez sean la mayor herencia de salud mental y emocional que podamos legarles a nuestros pequeños. Para ellos, puede ser el salvavidas que les ayude a sobrellevar estos tiempos difíciles que nos quedan por vivir a todos.

Pueden dibujar, inventar historias, crear disfraces, escribir una obra de teatro y representarla, bailar…

Para los más mayores podemos proponerles crear un cómic ¿por qué no contando su punto de vista de cómo está viviendo esta situación?

Pueden fabricar instrumentos con elementos caseros y hacer una orquesta. Inventar canciones. Cantar juntos a todo pulmón.

Leer en familia. La lectura en familia resulta sumamente emocionante y placentera.

3. IMPLICARLES EN LAS TAREAS DE LA CASA

Para evitar el aburrimiento, seguro que hay muchas cosas que nuestros hijos pueden hacer para ayudar en casa.

Es buena idea invitarles a cocinar, crear entre todos el menú de la semana, planificar la compra, limpiar, guardar la ropa, pasar el aspirador, etc. Siempre sin forzarles. Podemos plantear la limpieza como un reto, un juego, todo se puede hacer de forma divertida. Además, de esta forma ellos se sientan útiles y comprenden que su colaboración es muy importante.

4. VOLVER A LOS JUEGOS TRADICIONALES

Buscar un tiempo al día para hacer una desconexión electrónica. Internet y la televisión, son recursos útiles y necesarios para poder soportar las horas de reclusión, pero también puede llegar a saturar a los niños y provocarles una excitación artificial que no es saludable.

Dedica un rato cada día a apagar todos los aparatos electrónicos y hacer otro tipo de actividades como jugar juntos a juegos de mesa o de rol, construir puzzles, crear historias con sus muñecos, montar piezas, etc. Podéis jugar de forma colaborativa, cooperativa, sin competitividad que pueda crear un foco de tensión no deseado.

5. DEDICAR UN TIEMPO A LA COMUNICACIÓN

Reforcemos nuestra complicidad. Las familias podemos aprovechar este encierro para reforzar nuestros vínculos, para aprender a conocernos de verdad. Nos pasamos la vida separados unos de otros. Instauremos un momento al día (o varios) para comentar como nos sentimos, para hablar de lo que echamos de menos, para hacer partícipes a los demás de nuestros pensamientos, para proyectar juntos lo que vamos a hacer cuando todo termine. Reforcemos nuestra complicidad.

Facilítales la socialización a distancia. Resulta inevitable que los niños, y nosotros, echemos de menos el contacto con amigos y familiares. Déjales un espacio para comunicarse. Esta situación resulta especialmente abrumadora para preadolescentes y adolescentes, tan necesitados de mantener su espacio privado y reuniones con sus grupos de amigos. No olvidemos respetarles sus momentos de soledad en su cuarto, no interrumpirles y permitirles, si lo necesitan, pasar algún tiempo hablando, chateando o jugando con sus amigos.

Videollamadas grupales. Para toda la familia, para evitar angustiarnos por la desconexión física con el resto del mundo, podemos compartir, a diario, un tiempo de contacto con otros familiares, amigos del cole, primos, etc. Las nuevas tecnologías nos ofrecen una magníficas plataformas para contactar por video, chat, etc. WhatsApp, Messenger y Skype nos permiten hacer videollamadas grupales.

No te agobies. No tienes que estar todo el día proponiéndole actividades a tus hijos. Cuando se instaure la nueva rutina en la casa, ellos mismos van a mostrar sus preferencias por una ocupación u otra, incluso, de vez en cuando solo necesitarán reposar sin hacer nada más.

Fuente: cuerpo Mente

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