Operación de una empresa en el extranjero
La Conversión, fase del proceso de consolidación.
El desarrollo de la Inversión Directa en el exterior, como manifestación del crecimiento interior de la empresa, ha configurado la dimensión actual de los grupos multinacionales como unidades económicas que poseen y controlan actividades productivas, económicas y financieras en varios países. La incertidumbre que rodea la evolución actual de los tipos de cambio, incorpora un nuevo elemento de complejidad en la elaboración de las cuentas consolidadas de los grupos de empresas integrados por sociedades dependientes y asociadas extranjeras. Las empresas que integran el grupo pueden realizar individualmente transacciones, comerciales y/o financieras con el exterior expresadas en divisas y habrá que convertir a la moneda local del país en el que está situada la filial, moneda en la cual presentará su contabilidad.
La empresa matriz y/o sus filiales, aisladamente, pueden poseer en el exterior un grupo de activos y pasivos o establecimientos (sucursales) que, aunque constituyan centros de explotación o actividad, no tienen personalidad jurídica independiente. La empresa necesita valorar estas inversiones, con objeto de elaborar sus cuentas anuales, para lo cual precisa conocer su contravalor y el de los recursos que generan, en la moneda en que se presentan sus propios estados.
La elaboración de la información consolidada del grupo exige la expresión de éstas en la misma unidad monetaria de medida; lo que implica la conversión de las cuentas anuales de las empresas extranjeras a la moneda de la empresa matriz.Las sociedades extranjeras operan como entidades independientes o autónomas de la matriz. En las filiales, los estados consolidados deben preservar los resultados de la autonomía operativa de cada una de las entidades que lo integran, así como las interrelaciones entre los importes que aparecen en las cuentas anuales individuales de la misma. Dado que cada una de ellas opera en un entorno económico diferente, su contabilidad debe ser valuada en la moneda local; obteniendo así la representación más significativa de la evolución, rentabilidad y posición financiera de la entidad extranjera.
Si pensamos en la sociedad extranjera como una entidad separada, cuando aparezca una variación en el tipo de cambio, entre su moneda y la moneda de consolidación, dependiendo del porcentaje total que representen esos ingresos, tendrán efectos directos, escasos o nulos en las operaciones de la matriz.
Objetivos del proceso de conversión.
Proporcionar información sobre el efecto que ha tenido y puede tener, una variación del tipo de cambio sobre los flujos de caja y operaciones de las distintas entidades que integran el grupo.
Que los estados consolidados preserven, tanto como sea posible, la imagen de los resultados y las interrelaciones entre los importes que aparecen en las cuentas anuales individuales de cada entidad.
Fuente: José Antonio Laínez García – La conversión de cuentas anuales en moneda extranjera de sociedades dependientes y asociadas.
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